El gato doméstico es un animal prolífico y cosmopolita, ya
que vive en la mayoría de hábitats del planeta. La domesticación del gato
probablemente comenzó cuando el hombre dejó de ser nómada y empezó a plantar
semillas y paso a un modo de vida agricultor. La relación humano/gato era
beneficiosa por el control de los roedores. Y aunque muchos de esos gatos se
convertían en mascotas, en realidad el gato no sufrió una verdadera
domesticación, en el sentido estricto. Los gatos modernos permanecen siendo
bastante autosuficientes, con sus capacidades cazadoras casi inalteradas,
incluso en gatos muy afectuosos.